martes

Oráculo de los Ángeles

HISTORIA

Los espíritus angélicos están presentes en el ámbito de numerosas religiones, y su nombre y su representación varían según la tradición cultural a la que pertenecen. En Europa, la primera iconografías se encuentran en la obra de pintores cristianos de los siglos IV y V; pero, más tarde, artistas de gran sensibilidad como Giotto, Rafael, Miguel Ángel o Correggio, se han dejado fascinar por estos seres espirituales y los han recogido en obras de arte de inmensa belleza.
Los seres espirituales que la ilustran son los ángeles del Karma de las doctrinas orientales, los mismos de la tradición judeocristiana, que en el Antiguo y el Nuevo Testamentos aparecen citados como los habitantes de los Siete Cielos.
Los ángeles del Karma son los que determinan nuestro camino terrenal, según esta ley cósmica de causa y efecto, los hombres son los artífices de su suerte o su infortunio. El papel de los ángeles es transmitir una visión más amplia y esclarecedora de su propia vida a quien así se lo solicite.

 

LA BARAJA

Se estructura en cinco bloques, de los cuales el primero es el de los Arcángeles, en los momentos
esenciales de la vida hay que dirigirse a ellos, pues detectan el mayor poder y son la principal emanación celestial. El segundo grupo es el de los Ángeles de la Luz, los mejores interlocutores de quienes desean evolucionar espiritualmente o potenciar las propias cualidades.
Si en la vida de una persona se están produciendo acontecimientos decisivos relacionados con lo corporal, es bueno pedir consejo a los Ángeles de los planetas, el tercer grupo angélico; pero si son los sentimientos y los afectos los que están involucrados, es mejor recurrir al cuarto grupo, formado por los ángeles del amor, emanación del plano astral. Por fin, cuando una persona necesita la totalidad de sus fuerzas psíquicas y mentales lo más adecuado es que solicite el apoyo de los Ángeles de las Virtudes, componentes del quinto grupo angélico de los que forman este oráculo.
Las cartas se pueden consultar cada vez que se siente el deseo o la predisposición interior para hacerlo. Pero los ángeles pueden estar presentes en la vida de las personas de una manera muy íntima y personal: invocando al ángel de la guarda de cada día. Basta con esparcir las cartas tapadas sobre una mesa instantes después de levantarse; luego, se observan durante algunos minutos y se extrae una sola carta. El ángel que aparezca será el Custodio del día que va a transcurrir a partir de ese momento.

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